Las primeras hipótesis sobre una etiología vírica de las enfermedades autoinmunes se postularon a principios del siglo XX y en la actualidad ya existen modelos experimentales de inducción vírica de autoinmunidad.Paradójicamente, los agentes infecciosos también pueden evitar la alergia y muchas respuestas autoinmunes:Recientemente se ha propuesto que el incremento observado  de  alergias en los países industrializados podría deberse a la reducción  de enfermedades infecciosas de las últimas décadas debido a los medios higiénicos de que disponen los países desarrollados en relación con países en vías de desarrollo.

Virus relacionados con manifestaciones de enfermedades autoinmunes.

 

Los virus (del latín virus, «toxina» o «veneno») son agentes infecionsos acelulares que solo puede multiplicarse dentro de las células de otros organismos infectándolas.

VIRUS VHC

Se ha demostrado que el virus de la hepatitis C (VHC),  – un virus con ARN de cadena simple de la familia de los Flaviviridae, identificado en 1989 y reconocido inicialmente como el principal causante de hepatitis crónica – es también el agente productor de diversas enfermedades autoinmunes sistémicas, como la mayoría de los casos de crioglobulinemia mixta «esencial»6 y de muchos casos de síndrome de Sjögren, poliarteritis nudosa y síndrome similar al lupus.

VIRUS B19

Otro virus ampliamente estudiado en relación con la generación de manifestaciones autoinmunes es el parvovirus humano B19 (PV-B19).

Se trata de un virus de una sola cadena de ADN, descubierto en 1975. La infección por PV-B19 es muy prevalente en la población general y se considera que más del 50% de los adultos presenta anticuerpos contra este virus.
Es el agente etiológico del eritema infeccioso infantil y el causante de anemia crónica y trombocitopenia en pacientes inmunocomprometidos.

Hace poco se ha asociado con manifestaciones clínicas e inmunológicas del LES, ya que es un virus capaz de desencadenar fenómenos autoinmunes.

 

VIRUS VEB

También el virus de Epstein-Barr (VEB) se ha implicado en la etiopatogenia de algunas enfermedades autoinmunes. Se han descrito casos aislados de infección aguda por el VEB coincidiendo con la aparición de LES.

Asimismo se ha sugerido la posibilidad de que el VEB pueda establecer una infección persistente en un número de pacientes con LES.

Existen algunas evidencias sobre la asociación entre una infección aguda por citomegalovirus (CMV) con la presentación clínica de una enfermedad autoinmune y se han descrito algunos casos en los que se propone el posible efecto inductor del CMV en el LES.

Otros virus implicados como potencialmente inductores de enfermedades autoinmunes son determinados retrovirus y paramixovirus.

 

Las infecciones víricas como agentes de morbimortalidad en enfermedades autoinmunes

 

La otra dirección de estudio reside en el conocimiento del papel de las infecciones como agente de morbimortalidad en las enfermedades autoinmunes.

Por ejemplo, estudios recientes han estimado que entre un tercio y la mitad de los pacientes con LES sufre al menos un proceso infeccioso grave durante la evolución de su enfermedad.

Asimismo el estudio «Euro-lupus»,que sigue la evolución de una cohorte de 1.000 pacientes europeos con LES, ha confirmado que las infecciones son en la actualidad la principal causa de muerte en estos pacientes.

Si tenemos en cuenta además que causan hasta el 23% de los ingresos hospitalarios de los pacientes con esta enfermedad, nos podemos hacer una idea de la importancia, no sólo clínica, sino económica, que conllevan las infecciones en este grupo de enfermos. Los factores que predisponen a la infección en estos pacientes son múltiples, pero entre ellos cabe destacar la actividad de la enfermedad y el tratamiento con glucocorticoides e inmunodepresores.

Asimismo se ha descrito recientemente en el LES la presencia de variaciones en los genes que codifican la expresión de la mannose-binding lectin dentro del sistema del complemento, lo cual confiere a estos pacientes un riesgo incrementado de sufrir infecciones graves.

Un buen ejemplo de ello es el trabajo de Vadillo, donde los autores analizan la incidencia y las características de la tuberculosis en una serie de pacientes diagnosticados de diversas enfermedades autoinmunes y seguidos durante un período acumulado de 9.795 años.

Concretamente, los autores identificaron 15 casos de tuberculosis, lo cual corresponde a una densidad de incidencia global de 153 casos por 100.000 individuos-año, muy superior a la observada en la población general de la misma área geográfica (casos por 100.000 habitantes-año).

Los casos de tuberculosis se concentraron en los pacientes afectos de LES, vasculitis sistémicas y artritis reumatoide (AR), mientras que no se detectaron en otras enfermedades autoinmunes, como síndrome de Sjögren, esclerosis sistémica o miopatías inflamatorias idiopáticas.

 

Fuente.- Auntoimmune disease and infection: a bidirectional relationship
R. Cervera Seguraa, J. Font Francoa Servicio de Enfermedades Autoinmunes. Institut Clínic d´Infeccions i Immunologia. Hospital Clínic. Barcelona.