Los probióticos no son un concepto nuevo. Lo único que es nuevo es que usted puede tomarlos en forma de pastilla. Pero, históricamente, la humanidad ha consumido grandes cantidades de probióticos en forma de alimentos fermentados y cultivados, que fueron inventados mucho antes de la llegada de otras formas de alimentos refrigerados y de preservación.

Todas las culturas tradicionales fermentan casi todos sus alimentos. Usted puede fermentar lácteos, cereales, legumbres, verduras, frutas, carnes y pescado… ¡Incluso había bebidas fermentadas en todas las culturas!

Por ejemplo, refiriéndonos a las coles: las civilizaciones y pueblos de la antigüedad comían col fresca tal vez durante un mes o dos, pero para el resto del año comían el repollo de manera fermentada. Un gran porcentaje de todos los alimentos que la gente consumía a diario eran fermentados. Y con cada bocado de estos alimentos fermentados se consumen miles de millones de bacterias benéficas…

Los alimentos fermentados no sólo le dan una mayor variedad de bacterias benéficas, , por lo que es una alternativa mucho más rentable.

He aquí un ejemplo de ello: Es raro encontrar un suplemento probiótico que contenga más de 10 billones de unidades formadoras de colonias. Pero algunas investigaciones han descubierto que, ¡una porción de vegetales fermentados puede ser igual a una botella entera de probióticos de alta potencia!